El ajoblanco es un plato de origen humilde. Parece que ya se elaboraba en la época romana, lo que no está muy claro es dónde nació. Córdoba, Granada, Málaga, incluso Extremadura disputan sus orígenes. La mayoría de los estudiosos lo sitúan en la zona de la Axarquía, por la abundancia de almendros que hay en la zona. Como curiosidad os contaré que en Almáchar, un pueblo de la zona axárquica, celebran la fiesta del Ajoblanco, el primer sábado de septiembre, y hacen degustaciones de este producto.
Las recetas de ajoblanco varían mucho, sobre en función de la zona en la que se elabore. Además hay que tener en cuenta que nuestras abuelas lo hacía todo "a ojo", por lo que es muy difícil unificar criterios. Yo os voy a dar mi receta, pero podéis incrementar la cantidad de almendras, la de pan o la de ajo. Cada uno debe adaptarlo a su paladar.
Ingredientes:
- 200 gr. de almendras
- 200 gr. de miga de pan
- 2 dientes de ajo
- 2 vasitos de aceite de oliva virgen extra
- 1 vasito de vinagre
- sal
- agua
Si tenemos almendras con cáscara, lo primero debemos hacer es escaldarlas. Y... ¿en qué consiste ésto? Os lo cuento.
Ponemos agua a calentar en un cazo. Cuando esté hirviendo introducimos las almendras durante 30 segundos. Las sacamos y las dejamos escurrrir.
Con este proceso la cáscara sale fácilmente, sólo con dos dedos. Pero si os queréis saltar este proceso, comprad las almendras sin cáscara.
Aparte, ponemos el pan en remojo. De esta forma podremos quitarle la corteza sin problemas.
Si sólo tenemos miga, también la ponemos a remojar para que se ablande.
En un primer paso introducimos la almendra, el ajo y la sal en la batidora o Thermomix, velocidad 5-7-9. Cuando ya tenemos la pasta de almendras, le añadimos la miga de pan remojada.
A continuación, agregamos el aceite y el vinagre y dejamos batiendo para que se incorpore bien.
En este punto tendremos una pasta espesa.
Por último, añadimos agua hasta obtener la densidad que a nosotros nos guste.
A nosotros nos gusta espesito para mojetearlo con pan.
Es muy importante servirlo frío.
La guarnición también es al gusto. Nosotros a veces lo acompañamos con uvas, con melón y, en esta ocasión, le pusimos jamoncito y estaba buenísimo.
Espero que os haya gustado y, sobre todo, que pongáis en práctica la receta. Ésta entrada va dedicada a mi amiga repostera Nieves, que me pidió que la hiciera.
También espero vuestros comentarios diciéndome qué os ha parecido.
Besosssssssssssssssssss