El sable bretón es un dulce que está a medio camino entre la galleta y el bizcocho. A mí me gusta tomarlo sólo, sin añadirle nada porque tiene una textura y un sabor muy agradables. Pero se utiliza, sobre todo, como base de postres. Y queda de escándalo.
Éste es el aspecto que tiene sin añadirle nada.
A vosotros, esta foto probablemente no os sugiera gran cosa, sólo parecen unas galletas. Pero a mí, que me las comí..... no os quiero ni contar, me producen una exaltación de todos mis sentidos. Porque estaban buenísimassssssssss.
Los ingredientes son los más básicos. Os voy a contar cómo las hice.
Ingredientes:
125 gr. mantequilla a temperatura ambiente
120 gr. azúcar
60 gr. yemas de huevo (suelen ser tres L)
320 gr. de harina
1 pizca de sal
1 cucharada de vainilla (opcional)
125 gr. mantequilla a temperatura ambiente
120 gr. azúcar
60 gr. yemas de huevo (suelen ser tres L)
320 gr. de harina
1 pizca de sal
1 cucharada de vainilla (opcional)
Precalentamos horno a 175-180º.
Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que tengamos una crema blanca. Añadimos las yemas una a una y la vainilla.
Incorporamos la harina y el último amasado lo hacemos con las manos. Es la mejor forma de que todos los ingredientes se mezclen correctamente y obtengamos una buena textura.
Estiramos con un rodillo. Debemos dejarla con un grosor de 1 cm. mínimo
Cortamos con cortadores de galletas, podemos usar la forma que más nos guste.
Metemos en el horno 15 minutos.
La mayor parte de la masa la horneé en este molde que me compré hace unos cuantos años y todavía no había usado.
Qué ilusión me hizo estrenarlo!!!!
Qué ilusión me hizo estrenarlo!!!!
Una vez fuera del horno, ponemos en una rejilla y dejamos enfriar.
La decoración la hice de la siguiente forma: puse en las paredes de cada moldecito fresas laminadas y lo rellené con crema de chocolate. Es la misma receta que uso para la tarta tres chocolates. Podéis verla aquí
Hice tres variedades: una con chocolate negro, otra con chocolate blanco y otra con los dos chocolates. Las serví con una bolita de helado de vainilla y sirope de fresa.
Estaban muuuuuuuuuy ricos. Animaros porque el resultado merece la pena.
Madre mía, que espectáculo de postre. Me imagino el sabor y salivando estoy. Te los comiste todos y no dejaste nada para mí?? :( Para a próxima haz más ;) Besos guapa!!
ResponderEliminarGracias, Libia!!!! Cuando haga más, te aviso. Besosssssss
Eliminar¡Hombre!, ¿tu añadiendo chocolate?, jajaja... no , en serio, con las fresas sobre el sable debe estar de muerte lenta. Buena idea!
ResponderEliminarGracias!!!!! Ahora a croquetizarlo, jajajaja.
EliminarDime que te ha quedado uno para mí, por favorrrr! qué rico!
ResponderEliminarLo sientooooooo. Pero cuando haga más, te aviso!!!!
EliminarMmm que delicia y que presentación tan bonita!! El sable es algo que tenemos pendiente desde hace tiempo y viendo este resultado nos tenemos que animar ya. Besitos cuantomasdulcemejor.blogspot.com.es
ResponderEliminarGracias chicas!!!! Ya me contaréis cuando os animéis. Besitossssssss
EliminarQue buena idea! Yo no suelo usar esta masa, y es una pena porque resulta muy versátil, y se puede hacer casi cualquier cosa sobre ella!
ResponderEliminarGracias Ana. La verdad es que sí que es versátil. Tendremos que hacer más variaciones
EliminarHellouu!
ResponderEliminargalletazas diría yo. Una cosita, pero están horneadas dentro de un molde cada una? es imprescindible o es solo para que queden perfectas?. Tengo ganitas de hacer el sablé perfecto, que la primera vez que lo hice me quedo un tanto chufa. Y puestos a hacerlo, mejor hacerlo con una receta de confianza... o sea, la tuya!
Petonets!
Marisa
Hola guapa!!!! Se pueden hornear sin molde, exactamente igual que las galletas. De hecho, justo al lado de los moldecitos, en la rejilla, puedes otros sable, que están horneados sin nada. Yo lo hice así para luego poder poner las fresas y la crema de chocolate y que cuajaran con forma.
EliminarSon muy fáciles, así que tú que eres experta cocinera, te las meriendas en un pis-pas.
Besossssssssss