Mi casa es como una Torre de Babel gastronómica. Cada uno tiene unos gustos bien definidos y diferentes del resto. Así que, conseguir hacer platos que gusten a todos es bastante difícil.
Pues éste es uno de ellos: el pollo a ajillo frito.
Es rápido de hacer, cuestión bastante importante, y no requiere ingredientes muy rebuscados. Así que es un fondo de armario, sin duda. Lo solemos acompañar con unas patatas fritas o un poco de ensalada.
Vamos a ver cómo se hace.
Necesitamos: pollo, sal, pimienta, harina, aceite, ajo, vinagre de jerez y laurel.
En esta ocasión lo hice con cuartos traseros de pollo, pero se puede poner pollo entero, pechuga troceada o sólo muslos. Suelo poner uno por comensal.
Lo primero que tenemos que hacer es quitarles la piel y lavarlos bien bajo el grifo. Los dejamos secar un poco.
De uno en uno los salpimentamos y los pasamos por harina.
Ponemos a calentar aceite de oliva. Cuando esté caliente le añadimos los ajos, ocho o diez, enteros y un poquito machacados. Cuando estén fritos, los retiramos.
En el aceite donde hemos frito los ajos, ponemos los cuartos traseros que teníamos enharinados. Dejamos que se frian bien, a temperatura no muy alta, pero que no lleguen a tostarse mucho.
Después añadimos los ajos que teníamos reservados, el laurel y un chorrito de vinagre o vino de jerez. Lo dejamos al fuego hasta que se evapore el vinagre. Y....
¡listo para servir!
Espero que os haya gustado. Dulces besosssssssssssssss
Ohhhhh que rico!! Tiene una pinta estupenda, la verdad es que estas recetas tradicionales son magnificas!
ResponderEliminarBesos Paz!!